lunes, agosto 22, 2016

Considerando la mañana del 10 de Agosto de 2016:

Al cielo de la fruta jamás cocida,
al paraíso de lluvias infinitas
o al infierno de los compañeros maltratados,
de sueños maldecidos.

Quizá nunca pensaste en un mañana
y todo esto nunca fue una preocupación,
quizá me veías como un captor
y nunca quisiste ser mi prisionero.

Te dejo durmiendo en mi cama
y te elevo mil padre nuestro,
NO,
más bien, mil salves a María
hasta que se deshaga tu cuerpo,
Quizá, vuelva y ya no estés
Quizá, vuelva y ahí estés;
sigas durmiendo
en la oscuridad compañera de la noche,
con el sueño exaltado en tu calma infinita
esperando despertarte con los versos de infierno.
Te dejo durmiendo en mi cama
para que esto avance
que no exista el retroceso.
Entre los pliegues del calor,
que tú decidas lo que es bueno
para que las olas y los vientos
dirijan nuestra vida,
que el sol decida lo que es bueno;
Si barcos ondeando en mares floridos
ó desiertos poéticos evaporándose
en la búsqueda de cuerpos de desaparecidos.

Quiero que tú decidas lo que es bueno para tí
y albergar tus revoloteos nocturnos
que en el filo de la noche difuminan la culpa.

Y así, aunque los ojos no te vean
el alma te recuerde.
Cuando la mente se demencie,
El alma te recuerde.



Que las letras se lleven y 
recojan con el agua
cuando la tierra no es buena para estos efectos.



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