Desearía si pudiera, encontrar la luna… pero no La luna, sino La Luna; que me cuente de mi pasado, que me enseñe con su triste color lo que ya aprendí…y que me enseñe, que realmente no lo aprendí, que fui fugaz, pero no para los demás, sino para mi; para mis pies que algún día exhaustos de tanto caminar, después de una siesta estuvieron listos para volver a sufrir. Para mis manos, que aunque quemadas echaron atrás las huellas y el dolor para acompañarme a lo que anhelaba. Para mis dedos, que como mi nariz, nunca dejaron un recuerdo. Para mis oídos que al igual que mis ojos; nunca quisieron escuchar ni ver lo que pasaba, pesando con una sorda ceguera que nunca necesitaron vivir, aclamando como las puntadas de una herida su liberación. Para mi boca, que aunque nunca quiso ser abierta, fue controlada y maniatada, como un animal, al que se decide su suerte sin darle posibilidad aunque sea de llorar y de ver su futuro en sólo segundos.
Que fui fugaz de lo que fui, dónde fui, por qué fui, como fui, y como me fui. Seguí fugaz a lo que escribí, a lo que amé odié o ignoré. Fue todo tan polvo, que nunca entendí lo que era fugaz, demoró tanto, que al momento de fugarse no esperaba…
Tan fugaz fue, que mis sentimientos lo fueron aún más, se detuvieron al calamo currente, se fueron y no volvieron, Tan fugaz, que el fuego que prendía para dar calor, se apagaba al instante; cumpliendo con su intención, tiznar de ilusión, flamear a su apogeo, esfumarse, para luego echar en cara sus cenizas como la brisa que rompe en tu cara sólo una vez, llena de angustia congelada que se derrite al tocar la barrera.
- Que me enseñe con sus abandonados cráteres a cómo moldear mi vida, que me enseñe con su escaso color gris, a cómo pintar mis ojos... -
Demasiado fugaz, que las palabras que algún día leí, se apagaron en mi mente como el fuego, pero esta vez, echando en cara su triste y negra tinta.
Que me enseñara que en realidad nunca existí, que fui un personaje de un sueño – como creía cuando pequeño –. Que ese deseo cobarde que me acompaño gran parte de mi vida, nunca se hará realidad, y no seré una triste y negra tinta que se esfume en la mente de alguien, al igual que su fuego. Que lo que sentí, no lo tocaré otra vez. Que no podré mirar tras mi pasado, porque cuando voltee; sólo sentiré el bulto del polvo, de quien algún día fue fugaz…
Que me lance sus tristes y abandonados colores, soledad e historia en la cara, y me devuelva a la gota de lluvia que escapé…
No hay comentarios:
Publicar un comentario