martes, agosto 07, 2012
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domingo, marzo 18, 2012
viernes, marzo 16, 2012
Si alguien me preguntara qué quiero hacer de mi vida ahora, o qué espero, probablemente diría
nada,
pero realmente me gustaría estar en Santiago, en esa vida alocada, en un departamento, ser parte de algo en lo que me sienta cómodo, jugar wow, ir a las marchas y raidear los fines de semana, y ¿qué tengo? lo último, lo antepenúltimo, nada y mucho miedo
de gastar un dineral, para luego no poder conmigo mismo
de aburrirme, de no ser capáz
de no poder olvidarme que tengo familia, una gata preciosa, una cama rodeada de cuatro paredes azules que me acogen de vez en siempre
de no poder olvidar esas ganas de ver un cielo estrellado por las noches
de volver nuevamente a mi casa, a las 4 de la mañana, derrotado, con frío, pena, hambre y la nada misma en las manos.
Me encantaría apreciarme del valor de ser como esos personajes de las películas, que toman sus cosas y se van, surgen y controlan su vida.
pero ni ropa tengo
Tampoco sé cómo tuve la destreza de dejar todo lo mío
Podría decir que el miedo y la derrota pudieron muchísimo más que el apego.
si hay algo que más recuerdo, es una bandera roñosa de MUMS, que en alguna marcha recogimos del piso mientras, atrás del escenario, escuchábamos a Francisca Valenzuela.
Creo significaba mucho para mi.
Me intriga saber cómo estarán las flores que mi mamá llevó para poner en la mesa. Nunca me preocupé de su agua.
Y esos cuadernos empastados, vaya, ojalá no caigan en mano alguna.
Si se tratara de hacer algo por la vida misma, creo que acertaría al decir que
mi vida es como la de un drogadicto que tranza sus sueños por drogas
y no exactamente por un porro gigante.
lunes, marzo 12, 2012
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